El verano ya está aquí y, con él, los días más largos, las vacaciones, la playa, la piscina, los viajes, las terracitas… Es la estación más esperada del año y la que más nos invita a disfrutar de la vida.
Es una época que nos permite escapar de la rutina y en la que la alegría flota en el ambiente, pero hay aspectos que no debemos descuidar durante estos meses, pues el implacable sol y el calor también pueden hacer estragos en nuestro cuerpo.
Beneficiarse del sol y contrarrestar sus aspectos nocivos
– Salir a que nos dé el sol. El astro rey es nuestra principal fuente de vitamina D, necesaria para absorber el calcio y fortalecer los huesos. También mejora nuestra capacidad muscular e incrementa la respuesta inmunológica y da a nuestra piel ese tono bronceado que tanto nos favorece.
– Protección ante la radiación ultravioleta. La exposición al sol siempre debe ser moderada y con la protección necesaria. La aplicación de un buen protector solar y barreras como gafas de sol o sombreros para ojos y cabello, nos protegerá de los efectos nocivos de la radiación, que pueden provocar graves quemaduras cutáneas, el envejecimiento prematuro de piel y cabello, aumentar considerablemente el riesgo de padecer cáncer de piel o producir daños oculares.
– No olvidar la hidratación. Durante el verano la piel se deshidrata mucho más a causa del sol y el calor. Por ello, debemos aplicar una hidratación constante a base de cremas para mantener en perfecto estado nuestra piel.
– Cuidar la alimentación. Debemos prestar igual atención a nuestro interior. Las altas temperaturas de estos meses hacen que tengamos que hidratarnos tanto por dentro como por fuera. Es necesario beber mucha agua e incorporar a nuestra dieta alimentos frescos e hidratantes.
Con estos sencillos consejos ya no hay nada que nos separe para disfrutar del verano.